SE ME PERDIÓ LA PAZ!
La paz… ah la paz! Todos, todos los seres
humanos, a lo largo de todos los tiempos Hahn buscado y buscarán la paz. Insomnio,
estrés, fobias, depresiones, problemas de salud, dificultades en las relaciones
personales, (y la lista sigue y sigue) son consecuencia de la falta de paz.
Todos anhelan la paz: el niño y el adulto, el hombre y la mujer, la persona decente
y el delincuente; nadie es ajeno a esta búsqueda!
Pero
cuando nos encontramos con Jesucristo, nuestra vida cambia, y con el transcurso
del tiempo aprendemos que Jesús nos dejó, nos dio esa paz que tanto estábamos
necesitando; nos aprendemos de memoria Juan 14: 27La paz os
dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón, ni tenga miedo. Nos aferramos
a esa promesa, y nuestro corazón, nuestra vida, finalmente se aquieta…
encontramos la paz!
Pero un
día… un día, por alguna razón que no llegamos a entender, la cosa se complica, nos
damos cuenta que de alguna forma, por alguna razón que no podemos llegar a
comprender, perdimos la paz! Nos enojamos fácilmente, nos ofendemos, nos
sentimos lastimados, nos cuesta dormir, nos obsesionamos con una situación
determinada, nos preocupamos por tal o cual problema, nos llenamos de temor por
el futuro… se acabó, se terminó la paz!
Que
pasó? Jesús nos quitó la paz que nos había dicho que nos daba? O será que
alguien vino y nos la robó.
Ni una
ni otra cosa. Lo que pasó es que nosotros perdimos esa paz. No hay otro
responsable, no hay otra razón, no hay otro motivo; vos y yo fuimos quienes nos
descuidamos y perdimos la paz que tanto le costó a Cristo ganar para nosotros.
Como
puede ser esto? Bueno, la Biblia nos da la respuesta. Leamos Isaías 26: 3
“Tú guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque
en ti ha confiado.”
Por favor, entendamos esto, el secreto de que nuestra
paz sea completa y permanente está en que nuestro pensamiento persevere, se
mantenga constante, esté permanentemente
puesto en Dios, en su Palabra. Pero no alcanza con esto, hay un requisito más
para que nuestra paz sea completa y permanente; no solo que nuestro pensamiento
debe perseverar, sino que además debemos confiar en Dios y en lo que nos dice
su Palabra. De nada nos sirve tener nuestro pensamiento puesto en Jesucristo y
sus promesas si no le creemos, si no confiamos en que lo que Él nos promete es
verdad y lo cumplirá.
Entonces, cuando dejamos de tener un pensamiento que
persevera en Dios y no confiamos en Él, ocurre lo inevitable… perdemos la paz!
Ves? Nadie te la robó, nadie te la quitó, vos la perdiste! Vienen los
problemas, las dificultades; aparecen los obstáculos, los escoyos, y con ellos
las preocupaciones. Uno ya no se acuerda de Dios y sus promesas, uno deja de
lado su Palabra e intenta solucionar por si solo cada situación difícil de la
vida. Ya no pensamos en Dios, pensamos en nosotros, nuestros recursos, nuestras
ideas, nuestras fuerzas, nuestra propia forma de enfrentar la vida. Quitamos
nuestros ojos de Dios y miramos la realidad que nos rodea, y todo está tan pero
tan complicado que perdemos la paz.
Cuantas veces perdiste tu paz, cuantas noches sin dormir, cuantos días en
los que solo tenías pensamientos pesimistas y negativos hubieron en tu vida? O
quizá sea que hoy mismo estés pasando por este momento. No te confundas, nadie
te robó la paz, vos fuiste quien la perdió.
No es tan difícil volver a encontrarla. Es solo
cuestión de pedirle al Espíritu Santo que te ayude a tener un pensamiento que
persevere en Dios y un corazón que confíe ciegamente en su hacedor. Si lo
hacés, si retomás este camino, te aseguro que Isaías 26:3 se ará realidad en tu
vida. El Padre, tu Papá Celestial te guardará en completa paz!
RECUERDA:
EL FÍN DE TODO EL DISCURSO OÍDO ES ESTE: Teme a
Dios, y guarda sus mandamientos; porque esto es el todo del hombre. Porque Dios
traerá toda obra a juicio, juntamente con toda cosa encubierta, sea buena o sea
mala. (Eclesiastés 12:13-14).
3 comentarios:
Andrea
Que bien explicado, para que nadie se pierda, muestras un caminito por donde ir para conseguir la paz.
Que esa paz esté siempre contigo al terminar el día, cuando pongas tu cabeza en la almohada y le des las gracias a ese Padre amoroso por todo lo que ha hecho por ti.
Miriam, gracias por tus deseos. Lo mismo para vos, que nuestro Dios de Paz te bendiga y derrame esa paz sobre tu vida, tu hogar y todos los que te rodean!
jejeje ok, ok, ya no volveré a decir que me la quitaron jejeje
abrazos!!
Publicar un comentario
Suscribirse a Enviar comentarios [Atom]
<< Inicio