SE ME PERDIÓ LA PAZ!
Un espacio para compartir ideas y pensamientos entre amigos. y como no podría ser de otra forma, recomendar libros y lecturas que nos animen y ayuden a crecer.
Cuando abrí este espacio, uno de los objetivos era recomendar y hablar de libros, y los pobres brillaban por su ausencia, aunque quienes me conocen saben lo importante que ellos son para mi y todo lo que leo. Bien, hoy vengo a inaugurar esta parte del blog. El libro que hoy les quiero recomendar se llama “Pásame otro Ladrillo”, de Charles Swindoll. Este autor nos narra la historia de la vida de Nehemías y a través de él nos deja una enorme cantidad de enseñanzas para nuestra vida cristiana. Lo comencé hace muy pocos días, y me está gusstando tanto, me está siendo tan útil, de tanta bendición que quise compartir algo de lo leído con ustedes y recomendarlo con la absoluta seguridad de que quien lo lea terminará siendo tan bendecido y enriquecido como lo estoy siendo yo. Les dejo aquí una pequeña parte de lo leído. Seguramente, con el transcurso de los días y la lectura algo más publicaré. Si tienen ganas, busquen este libro, cómprenlo si les es posible, y léanlo, estoy segura de que les va a gustar! Francamente, pienso que los muros de nuestras vidas a menudo yacen en ruinas a causa de la negligencia. El Líder que nos conduce a reconstruir los muros es el Espíritu Santo, y El es el que continúa la obra de reconstrucción dentro de nosotros. El hace lo mejor que puede para llamarnos la atención sobre la condición de nuestros muros, pero algunas veces no oímos lo que nos dice. Sin embargo, no somos tardos para oír, simplemente no oímos. Algunos de los seguidores de Cristo que leen estas páginas viven con los muros de sus vidas rodeados de ruinas, y todo comenzó muy lentamente. Primero se aflojó un ladrillo o una parte de la mezcla. Luego apareció una grieta en el muro. Luego la parte agrietada se hizo trizas, y se abrió un agujero. Por causa del descuido, la maleza de la carnalidad comenzó a crecer a través del muro. Poco a poco, el enemigo logró acceso a sus vidas. Tal vez usted sea conocido como un buen cristiano. Pero en su corazón, usted sabe que, aunque es cristiano en el mismo sentido en que Jerusalén les pertenecía a los judíos, el muro que rodea su vida espiritual, que lo protege y defiende está por el suelo. Pecados tales como el egoísmo, la falta de disciplina, la postergación, la inmoralidad, el hecho de no tener tiempo para Dios, el compromiso con el mundo y la rebelión han llegado y sembrado sus horribles semillas. Y esta siembra ha comenzado a dar su fruto de muerte. Haga usted un serio inventario de su verdadera situación. Nehemías se informó y se preocupó antes de emprender su proyecto. La primera fase fue la evaluación. Hoy en día siento entre ciertas personas de nuestra familia evangélica, una superficialidad frívola con respecto a Dios. Tenemos la tendencia a tomarlo a El en forma liviana. Como si El fuera nuestro gran compañero de intimidades. Luego nos escondemos detrás de la racionalización de que "nadie es perfecto". "Al fin y al cabo -nos decimos a nosotros mismos-, yo soy mejor que tal y tal, y ciertamente mejor de lo que era antes". Nos encogemos de hombros y hacemos un comentario pasajero: "Bueno, El entenderá". Si esta es la actitud de usted, estimado lector, el enemigo está viviendo en su campamento. Sus muros están destruídos. “Pásame otro Ladrillo) Charles Swindoll